Los apodos o motes son sobrenombres por los que conocemos a las personas, más que por sus nombres y apellidos. Para localizar a alguien fácilmente, es aconsejable utilizar el apodo, es como la búsqueda avanzada del Google. El origen de cada uno es muy variado, los hay que han surgido de nombres de animales, otros, de nombres de plantas y árboles, otros, se deben a comportamientos curiosos, un incidente, algo llamativo o fuera de lo normal que dijeron en su día, a su aspecto físico, a labores y profesiones, también hay apellidos que han quedado como apodos. O sea, por distintas causas se nos puede imponer un mote, que nace de las raíces más profundas del sentir del pueblo, algunos desaparecerán, pero otros, la mayoría perdurarán en el tiempo, es la referencia de una familia a la que nos sentimos identificados , nos permite seguir una tradición y recordar generación tras generación historias, anécdotas y momentos vividos de nuestros antepasados.
Los apodos los heredamos al nacer, de una forma automática, es una manera de reconocer los lazos genealógicos que nos unen entre sí , de no olvidarnos quienes somos, de diferenciar famillias, de continuar lo que nuestros antecesores comenzaron, son nuestra seña de identidad.